Adrián Paenza reconocido
periodista y matemático, reveló los desafíos y las ventajas de tener
un
problema no resuelto en la cabeza.
Entre todas las charlas TED que he visto, esta
fue la que más me sorprendió, pero no
tuve en
las palabras de Paenza
sino que también se relaciona conmigo y lo que soy.
Más allá de la estructura y organización que
te brinda el colegio, están las respuestas a interrogatorios que no hemos
hecho, pero lo coherente es o mejor dicho era tener primero un problema y luego
intentar resolverlo, esto siempre fue asi incluso siglos pasados es el fin del
científico/matemático “Resolver Problemas”, el tema está en cuando no tenemos
uno y nos incorporan respuestas. “A
qué persona se le ocurriría resolver un problema sin tener la
idea
de cuál es”
pero al mismo
teniendo la respuesta,
claramente el ser humano está loco.Algo realmente sorprendente, fueron los
últimos tres minutos de la conferencia, donde Paenza cuenta su experiencia con
un “pizzero”. El matemático le pide que traiga dos
, donde una la cortara al igual que siempre, pero la
como “perpendicular” o “a
90º”. El problema surgió cuando el pizzero no sabía lo que significaba y todos
comenzabamos a reír demostrando que nos aprovechamos de la inferioridad de la otra persona en algún asunto, sin embargo ¿Cuál es el
problema de decir “no se” , el miedo a equivocarnos existente en todos los
humanos.
Creo que el mensaje de paenza es muy bueno, para mostrarle a la juventud
que las cosas no son tan complicadas, por lo menos las cotidianas ,como el
pizzero, sabe cortar la pizza, con una precisión y velocidad que no lo haría ni
el mejor matemático, a pesar de que no sabe lo que significa, perpendicular, no
olvidemos que la matemática surge, a partir de la interpretación de la realidad
y para uso práctico, al pizzero le basta con su conocimiento para hacer bien su
trabajo, porque aplicó la matemática sin ni siquiera entenderla.
Es lo grande de esa ciencia, la terminología no es
conocimiento, el conocimiento se demuestra en la práctica, y el pizzero
demostró que sabía matemáticas, pero no la terminología. Y Paenza nos depuestra
que no tenemos que ser matemáticos todos, axisten miles de vias para
comprendernos entre todos, que no sea lo terminológicamente sofisticado.